La transición energética es un cambio global en la forma de utilizar y producir energía. Se está produciendo por el cambio climático, pero también por las tendencias económicas y demográficas existentes. Algunos sectores ya se están descarbonizando, como la generación de electricidad y el transporte. Pero otros necesitan más ayuda, como la industria, los edificios, la agricultura y la gestión de residuos.
El abandono de los combustibles fósiles
El abandono de los combustibles fósiles está ocurriendo, y está siendo impulsado por la tecnología, la economía y la política. El rápido crecimiento de las energías renovables ha sido uno de los cambios más importantes de la economía mundial en los últimos años.
La gran pregunta es si este cambio se producirá lo suficientemente rápido como para evitar el desastre del cambio climático. Como demuestra la falta de interés del actual gobierno estadounidense por abordar el cambio climático, está claro que aún no hemos llegado a ese punto.
¿Cómo alimentar al mundo? Entender las transiciones energéticas
La seguridad alimentaria es una cuestión de interés primordial para las Naciones Unidas. Según su definición, existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en materia de alimentación para llevar una vida activa y sana. Además, engloba un concepto más amplio de justicia social que abarca los derechos económicos y políticos, así como las libertades civiles.
La producción de alimentos requiere energía: tanto si se trata de combustibles fósiles como de recursos renovables como la energía eólica o solar, se necesita un considerable aporte energético (en otras palabras: consumo) para producir cualquier tipo de producto agrícola. Por eso, muchos científicos han empezado a estudiar el papel que desempeñan las transiciones energéticas para abordar problemas globales como el cambio climático y, al mismo tiempo, satisfacer nuestras necesidades fundamentales, como la alimentación.
¿Podemos pasar a una energía 100% renovable?
La energía renovable es una parte creciente de la combinación energética mundial, pero llevará tiempo abandonar los combustibles fósiles.
La intermitencia es un problema al que se enfrentan las fuentes de energía renovables, lo que significa que no siempre están disponibles cuando se necesitan. Para resolver este problema, podríamos almacenar el exceso de electricidad durante las horas de menor consumo para utilizarlo en las horas de mayor demanda, como la noche y la mañana en los hogares.
Sin embargo, el almacenamiento es actualmente muy caro en comparación con los combustibles fósiles como el carbón o el gas natural. Esto significa que si quieres generar energía 100% renovable para tu casa dentro de 5 años, probablemente será demasiado caro para la mayoría de la gente.
Otro problema de las fuentes de energía renovables es que muchas dependen de materiales raros como el litio, que puede escasear con el tiempo debido a la creciente demanda de las baterías utilizadas en los vehículos eléctricos. La falta de suministro suficiente supondría un aumento de los costes de cualquier forma de almacenamiento de baterías y podría limitar el desarrollo futuro.
Descarbonización de sectores
El mundo necesita descarbonizar los sectores energéticos para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta es la única manera de cumplir los objetivos climáticos y evitar los peligrosos impactos del cambio climático en las personas, las economías y los ecosistemas.
Para lograr este objetivo, necesitamos transiciones en todos los actores (autoridades públicas, empresas, inversores) y en todos los sistemas (redes de energía). La transición ya ha comenzado: las energías renovables están creciendo rápidamente en todo el mundo; sin embargo, siguen siendo menos del 5% de la generación total de electricidad a nivel mundial en la actualidad (véase la figura 2). Además, algunos sectores, como el del transporte, aún no han iniciado su proceso de descarbonización, mientras que otros, como la industria o los edificios, están todavía lejos de sus objetivos.
Cuenta atrás para las emisiones cero
El informe, respaldado por la ONU y publicado esta semana, afirma que las emisiones globales tendrán que llegar a cero en 2050 para garantizar que el mundo evite un cambio climático peligroso.
El informe también pide a los países que colaboren para reducir sus propias emisiones e invertir en tecnologías de energía limpia. También dice que deben ayudar a las naciones en desarrollo a reducir también sus niveles de contaminación por carbono.
Está claro que vivimos un momento crítico para la acción global contra el cambio climático y que no nos queda mucho tiempo para actuar. Necesitamos que todos los países del mundo -ricos o pobres- tomen medidas serias ahora si queremos tener alguna posibilidad de impedir que se produzca un calentamiento peligroso a finales de este siglo.
Para combatir el cambio climático, necesitamos una transición energética hacia las energías limpias.
Para combatir el cambio climático y otros problemas medioambientales, necesitamos una transición energética hacia la energía limpia. La energía limpia no es una nueva tecnología, sino una nueva forma de utilizar las tecnologías existentes. Puede sustituir a los combustibles fósiles. La energía limpia será más barata que los combustibles fósiles con el tiempo porque el coste de los recursos renovables está bajando y los precios de los combustibles fósiles están subiendo. Lo más importante de las energías limpias es que no producen gases de efecto invernadero ni otros contaminantes que contribuyen al cambio climático y a otros problemas medioambientales a los que nos enfrentamos hoy en día, como la acidificación de los océanos y la contaminación del aire por la combustión de los combustibles fósiles.
Aunque el cambio climático es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad, no es el único. La transición energética puede ayudarnos a resolver este problema y otros más, reduciendo nuestra dependencia de los combustibles fósiles y aumentando el uso de fuentes de energía limpias como la solar. Para que esta transición tenga lugar, necesitamos descarbonizar nuestros sistemas energéticos actuales, así como introducir otros nuevos que dependan menos de los combustibles fósiles.