Puede que te sorprenda saber que muchas de las series de televisión de mayor audiencia están basadas en libros o tienen fuertes elementos literarios. Me refiero a series como Juego de Tronos, Mad Men y Breaking Bad. Estas series son complejas en su trama y en el desarrollo de los personajes, pero aún así consiguen mantener al público enganchado con los nuevos giros de cada temporada. Pero, ¿y si quieres algo más que una buena historia? ¿Y si quieres algo… más sencillo?
Utilizan a los actores equivocados
Una de las principales razones por las que las películas para televisión no dan resultado es que a menudo están llenas de actores que no son ideales para el papel. Por ejemplo, pensemos en una película sobre el tráfico de personas. Si se contrata a un actor que ya tiene un alto perfil en otro ámbito del entretenimiento (como el canto o el baile), es poco probable que sea creíble como alguien que ha sido víctima de la trata y obligado a prostituirse. El actor tampoco parece tener la edad adecuada para este papel y, si tiene otro tipo de talento, puede ser realmente molesto verle interpretar a alguien tan diferente de sí mismo. Esto es cierto incluso si el público no nota conscientemente nada malo en su aspecto o sonido.
Si quieres que tu película consiga transmitir su mensaje de forma eficaz, piensa bien qué actores encajan mejor en cada papel antes de hacer el casting, y no dudes en consultar a algunos expertos sobre lo que hace que una buena actuación funcione.
No tienen presupuesto para efectos especiales
Los efectos especiales son caros, y las películas para televisión no tienen presupuesto para pagarlos. En su lugar, se ven obligados a recurrir a un atrezzo y a unos efectos especiales muy poco atractivos que parecen sacados de una cinta de VHS de los años ochenta. Los presupuestos de los telefilmes son tan bajos que los propios actores suelen maquillarse y peinarse ellos mismos, y eso se nota.
Como no hay dinero en los telefilmes, tampoco hay incentivos para que los productores se arriesguen. Los productores quieren que veas más episodios de tu programa favorito la semana que viene, así que temen que si no te gusta una película, no sintonizarás otra mañana por la noche. Esto también significa que hay pocas probabilidades de ver ideas nuevas u originales en este género a corto plazo (o nunca).
Rehacen películas antiguas que eran mucho mejores
Todos sabemos que los remakes no suelen ser tan buenos como el original. Es un hecho, ¡puedes buscarlo! Pero la razón por la que nos encantan los remakes es porque nos recuerdan a esos viejos favoritos. Nos recuerdan lo que nos llevó a la televisión en primer lugar: clásicos atemporales como La Sirenita o El Libro de la Selva o Rocky Horror Picture Show.
Pero a la hora de la verdad, ¿a quién le importa que el remake no sea tan bueno? Sigue siendo una gran película y podemos verla con amigos y divertirnos.
Una lista de por qué las películas de televisión son realmente malas
- Los actores equivocados. Muchas veces eligen a alguien que es un buen actor pero no es el adecuado para el papel, o simplemente lo eligen porque es famoso y atraerá al público.
- No hay presupuesto para efectos especiales. Supongo que es más barato hacer una película que contratar a gente para hacer todas esas cosas en la vida real (como tener pirotecnia), pero aún así… A veces hace que las cosas parezcan muy baratas cuando no se ha hecho ningún esfuerzo, y créeme cuando digo que hay muchas películas de televisión que también sufren este problema. ¿Como esas del canal SyFy en las que todo el mundo lleva una armadura hecha de cajas de cartón? Sí, esas también apestan… y también la mayoría de las películas que se hacen en la época de Halloween tienden a caer en esta categoría, ya que dependen en gran medida de los efectos CG en lugar de los prácticos, como máscaras/trajes, etc. Lo que me lleva de nuevo a la pregunta: ¿por qué querría alguien este tipo de cosas?
Ya hemos hablado de por qué las TV movies son malas y de cómo mejorarlas. Las TV movies pueden ser estupendas si se hacen bien, pero el sistema está roto. Tenemos que empezar a tratarlas como verdaderos espectáculos en lugar de contar con ellas como una forma fácil de crear contenido original.
También tenemos que dejar de contratar a estrellas sólo porque tienen un nombre reconocido y atraen a los espectadores (especialmente si esas personas ni siquiera actúan bien). En su lugar, debemos centrarnos en quiénes son capaces de hacer bien el trabajo en términos de talento, experiencia y dedicación, lo que significa mirar a la gente de fuera de Hollywood que quiere hacer carrera como actor pero que no tiene suficientes oportunidades allí debido a los prejuicios basados en la raza, el género, la sexualidad, etc.
Por último, los guionistas deben dejar de escribir guiones irreflexivos que no tienen en cuenta lo que constituye un buen drama televisivo o una buena narración (y, por tanto, fracasan estrepitosamente en ambos). Es hora de que todos despertemos antes de que este género desaparezca por completo debido a su propia falta de estándares de calidad.»
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