Ser padre es una gran responsabilidad. No es algo que puedas hacer sin saber qué es lo mejor para tu hijo. La buena noticia es que hay muchos tipos diferentes de crianza, así que es posible encontrar el que mejor funcione para tu familia. En este artículo, repasaremos algunos de ellos:
La crianza con amor duro
Paternidad autoritaria
Crianza permisivaSección: Crianza autorizada
Los padres autoritarios son un tipo de crianza que se considera mejor para los niños. Los padres autoritarios se implican en la vida de sus hijos y se aseguran de que tengan todo lo que necesitan. Los padres autoritarios son responsables, cariñosos y educan a sus hijos.
- Establecen reglas y expectativas claras para que sus hijos las sigan. Las normas tienen un motivo (por ejemplo, «¡No pegar!»), pero si el niño no entiende por qué se le castiga o qué ha hecho mal, puede que no le parezca justo o tenga sentido.
- Los padres con autoridad explican las cosas cuando es necesario en lugar de castigar a la gente sin dar las razones por las que suceden las cosas, como el castigo, que a veces ocurre aunque no debería porque alguien no escuchó bien antes, lo que podría haberse evitado escuchando bien de antemano, pero no lo hizo, así que ahora estamos atrapados aquí con este problema, ya que no escuchamos bien antes, lo que podría haberse evitado escuchando bien de antemano, pero no lo hicimos, así que ahora estamos atrapados aquí con este problema.
Crianza permisiva
La crianza permisiva es un estilo de crianza que se caracteriza por la falta de estructura y límites. Los padres que practican la crianza permisiva no suelen poner reglas a sus hijos y rara vez se involucran en la vida de éstos. Estos padres pueden ser indulgentes con los castigos, y pueden estar más preocupados por caer bien que por criar niños que se comporten bien.
Los padres permisivos no dan información a sus hijos, por lo que éstos no saben cómo comportarse correctamente o tomar buenas decisiones porque no se les enseña lo que está bien o mal. Sin esta orientación, los niños pueden llegar a depender de los demás para que les digan cómo actuar y pensar, de modo que no se metan en problemas por no saber cuál es el comportamiento aceptable en la sociedad o dentro de la propia unidad familiar.
Paternidad no implicada
Los niños necesitan límites y reglas. Necesitan aprender a tomar sus propias decisiones, ser responsables de sí mismos y ser independientes. Los padres que no se involucran en la vida de sus hijos pueden hacerlo estableciendo expectativas claras de comportamiento y apoyando al niño cuando toma decisiones adecuadas. Cuando un padre no tiene tiempo para sus hijos o decide ignorarlos, envía un mensaje que dice: «No me importas lo suficiente como para pasar tiempo contigo o darte orientación como adulto. Estás solo».
Los padres no implicados pueden ser vistos como negligentes porque no proporcionan una supervisión adecuada del entorno del hogar; sin embargo, es importante reconocer que algunas familias pueden vivir lejos geográficamente y, por tanto, no pueden proporcionar una supervisión adecuada debido a las limitaciones de la distancia y no a comportamientos negligentes por parte de cualquiera de los padres (o de ambos).
Crianza negligente
La crianza negligente es cuando un padre no participa activamente en la vida de su hijo. Suele caracterizarse por la ausencia de uno o ambos progenitores, así como por el incumplimiento de las responsabilidades parentales. Este tipo de crianza también puede incluir la falta de voluntad de pasar tiempo con el niño o de proporcionarle los cuidados adecuados.
Los padres negligentes suelen carecer de atención, afecto e implicación en la vida de sus hijos. Pueden estar distraídos por el trabajo u otras obligaciones, lo que les dificulta prestar atención a lo que el niño necesita en ese momento. Los padres negligentes a menudo no atienden a las necesidades básicas, como alimentar, bañar y vestir a los niños de forma adecuada a las condiciones meteorológicas del exterior; pueden ignorar los signos de enfermedad (como la fiebre) hasta que ésta se vuelve lo suficientemente grave como para que sea necesaria la intervención médica, o peor aún, pueden negar el acceso por completo porque no quieren que nadie les quite el precioso tiempo de «calidad» entre la interacción padre-hijo…
Crianza indulgente
En resumen, si eres indulgente, eres propenso a permitir que los deseos y necesidades de tu hijo se cumplan sin rechistar. Los padres indulgentes tienden a no poner límites ni reglas a sus hijos. En algunos casos, pueden incluso recompensar a sus hijos por su mal comportamiento dándoles lo que quieren o dejándoles salirse con la suya.
El lado positivo de la crianza indulgente es que fomenta la confianza y la cercanía entre padres e hijos. También permite a los niños la libertad de actuar como niños, de explorar el mundo que les rodea sin restricciones ni responsabilidad por sus decisiones (como los adultos). El lado negativo de este tipo de crianza es que puede causar problemas más adelante, cuando el niño llega a la adolescencia y a la edad adulta, porque nunca aprende a hacer las cosas por sí mismo ni a afrontar las consecuencias de sus actos de forma adecuada (por ejemplo, el consumo de drogas).
Paternidad desvinculada
El papel del padre es mantener, defender y proteger a su familia.
No se puede exagerar la importancia del padre en este sentido. Los niños necesitan un padre, una figura de autoridad que les ame incondicionalmente y tenga en cuenta sus intereses.
Los papeles tradicionales de padre e hijo se han invertido en muchos hogares del país hoy en día, pero sea cual sea su situación, sigue habiendo algunas responsabilidades que sólo usted puede cumplir como hombre, como por ejemplo
- Apoyar a tu mujer o pareja cuando más lo necesita (y viceversa)
- Proteger a tus hijos de cualquier daño (emocional o de otro tipo)
- Mantener a tu familia
Averiguar qué tipo de padre eres ayudará a tus hijos a tener las mejores oportunidades en la vida.
Saber quién eres como padre es importante porque ayuda a tus hijos a ser lo mejor que pueden ser. Si tienes la mente abierta, puedes aceptar los comentarios de otros padres y ajustar tu enfoque en consecuencia. También puedes aprender de cómo responden tus hijos a la forma en que los educas.
Con todos los tipos de crianza que existen, puede ser difícil saber cuál es el adecuado para ti. Pero no te preocupes: el mejor tipo de padre es el que reconoce sus puntos fuertes y débiles y los utiliza para ayudar a sus hijos a convertirse en adultos seguros y felices.
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