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¿Qué podemos hacer para reducir las emisiones y combatir el calentamiento global?

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¿Qué podemos hacer para reducir las emisiones y combatir el calentamiento global?

La crisis climática es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Pero hay muchas maneras de ser parte de la solución. En este post, veremos cómo está cambiando la energía y por qué tenemos que abandonar los combustibles fósiles para salvar nuestro planeta.

 

El cambio de energía es uno de los mayores retos

El cambio es un reto importante para nuestra sociedad, y para el sector energético en particular. El sector energético es responsable de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero y de aproximadamente la mitad del consumo de electricidad de los ciudadanos de la Unión Europea (UE). En la última década, este consumo ha aumentado un 5%.

El cambio a la energía verde requerirá algo más que buenas intenciones. Tenemos que trabajar juntos para reducir estas emisiones y garantizar al mismo tiempo una economía fuerte. Hay muchas maneras de hacerlo: utilizar fuentes renovables, como la energía eólica o la solar; hacer que los edificios sean más eficientes; utilizar menos electricidad; reciclar los residuos de manera eficiente y reducir el desperdicio de alimentos; comprar productos más ecológicos cuando se compran cosas.

 

La producción y el uso de la energía son responsables de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los dos principales gases de efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO2), que constituye la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, y el metano (CH4). Este último es responsable de alrededor del 15% del calentamiento global total. El CO2 se produce al quemar combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, pero también por otros procesos como la respiración y la descomposición. El metano lo producen fuentes naturales como los humedales y las termitas, pero también la producción agrícola o actividades industriales como los vertederos.

La mayor parte de nuestra energía procede de combustibles fósiles que existen desde hace millones de años -carbón, petróleo, gas natural- y que se han almacenado bajo la superficie terrestre en forma de hidrocarburos. Contienen la energía almacenada de la antigua luz solar, que puede liberarse al quemarse, por ejemplo, en las centrales eléctricas o en los coches. Este proceso libera dióxido de carbono a la atmósfera, que se convierte en un gas de efecto invernadero cuando llega a la superficie terrestre: ¡calienta nuestro planeta!

 

Los gases de efecto invernadero procedentes de la quema de combustibles fósiles provocan el cambio climático.

Los gases de efecto invernadero son un subproducto de la quema de combustibles fósiles. Es importante entender cómo los gases de efecto invernadero causan el calentamiento global, y cómo podemos reducir su impacto haciendo cambios en nuestras vidas.

El cambio climático se debe a la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que atrapa el calor de la superficie de la Tierra y la calienta. Estas «mantas» atmosféricas están formadas por dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y otros compuestos que absorben la radiación infrarroja emitida por la superficie de la Tierra, pero sólo si están en forma gaseosa.

 

Habrá que trabajar para reducir esas emisiones, pero hay muchas maneras de hacerlo.

Aunque es cierto que serán necesarios muchos cambios para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, hay muchas maneras de hacerlo. El primer paso, y el más obvio, es reducir, reutilizar y reciclar. Todos tenemos que poner de nuestra parte reduciendo la cantidad de papel que utilizamos; reutilizando las bolsas de plástico en lugar de comprar otras nuevas; reciclando en la medida de lo posible; etc.

Otra forma importante de reducir las emisiones es utilizar la energía de forma más eficiente. Instalando luces LED en lugar de bombillas incandescentes, o sustituyendo los viejos frigoríficos por otros que consuman menos electricidad (y, por tanto, produzcan menos dióxido de carbono), estarás ayudando a luchar contra el cambio climático a la vez que ahorras en tus facturas.

Cambiar los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo por energías renovables como la solar también ayudaría enormemente a reducir nuestra huella de carbono. La principal razón por la que esto ha sido difícil hasta ahora es porque las energías renovables han sido bastante caras en comparación con los combustibles fósiles, pero con las subvenciones de los gobiernos de todo el mundo estos precios están bajando cada año, ¡haciéndolos más asequibles para todos! Por último, otra forma eficaz de reducir las emisiones es reducir el desperdicio de alimentos; cada tonelada ahorrada significa menos camiones llenos de comida que van a parar a los vertederos, donde se produce metano, que contribuye de forma significativa al calentamiento global…

 

¿Qué significa esto para la gente?

Hay muchas maneras de reducir tu huella de carbono y ayudar al planeta. Una de ellas es utilizar menos energía en tu vida diaria. Por ejemplo, puedes apagar las luces cuando no sean necesarias, tomar duchas más cortas y usar la ropa más de una vez antes de lavarla. Otra forma es comprar electrodomésticos más eficientes energéticamente, como frigoríficos o lavadoras. Estos electrodomésticos cuestan más al principio, pero consumen mucha menos electricidad con el tiempo, lo que permite ahorrar dinero y ayudar al medio ambiente.

Otra forma es utilizar fuentes de energía renovables en lugar de combustibles fósiles, que generan gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera de nuestro planeta.

 

Muchas de las cosas que tenemos que hacer para salvar el clima serán buenas para nuestra salud, empleo y economía.

Para llevar: Muchas de las cosas que tenemos que hacer para salvar el clima serán buenas para nuestra salud, empleo y economía.

El cambio climático es un problema global que requiere soluciones globales. Puedes ayudar conduciendo menos, utilizando menos energía en casa, reciclando y comprando productos locales. También puedes unirte a los grupos locales que trabajan en cuestiones climáticas en tu comunidad, que a menudo buscan voluntarios o donaciones.

La buena noticia es que podemos cambiar las cosas, pero llevará tiempo. Tenemos que invertir en energía limpia ahora para que las generaciones futuras puedan disfrutar de un clima seguro. Cuanto antes comencemos este viaje, mejor nos irá.

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