La alegría de comprar un coche nuevo es difícil de superar. Es divertido probar el nuevo y reluciente vehículo e imaginarse al volante para siempre. Pero aunque esta experiencia es emocionante y agradable, también es temporal, e incluso si no tienes pensado vender o cambiar tu coche pronto (o nunca), tiene sentido considerar la compra de un modelo usado.
Hay muchas razones por las que comprar un vehículo de segunda mano puede ser más inteligente que contratar un leasing o financiar uno nuevo:
Investiga
También querrás investigar la historia del coche, así como su valor y su historial de seguridad. Para ello, consulta sitios como Kelley Blue Book, Consumer Reports y Edmunds. Si puede inspeccionar el vehículo en persona, compruebe si hay signos de daños u óxido en el bastidor y la carrocería. Esto podría indicar que hubo un accidente en el que el coche sufrió graves daños o incluso que las compañías de seguros lo dieron por perdido (lo último que necesitas es un coche defectuoso).
Si se trata de un modelo nuevo y todavía está en garantía, pregunta a tu mecánico si sabe cómo de fiables son estos coches en particular cuando salen de la garantía. También querrás investigar los costes de mantenimiento antes de comprar un coche usado para poder presupuestar en consecuencia: ¡los neumáticos nuevos cuestan varios cientos de dólares!
Utilice un distribuidor de confianza
Cuando se compra un coche de segunda mano, es muy importante confiar en las personas que te lo venden. Si el distribuidor es fiable y digno de confianza, podrá ayudarle a tomar una decisión informada sobre si debe o no comprar un vehículo concreto. Si un distribuidor de confianza sabe que puede haber problemas con un coche, se lo hará saber a sus clientes antes de seguir adelante con la venta. Sin embargo, cuando se compra a una fuente poco fiable, no hay forma de saber si el vehículo tiene algún problema hasta que se haya comprado y conducido durante algún tiempo.
Haz que lo revise un mecánico
Invierta en una inspección exhaustiva por parte de un mecánico. Podrá decirte si hay algún problema potencialmente grave en el coche, como fugas en el motor o la transmisión, problemas de suspensión, de frenos, de dirección o del sistema eléctrico. Si el taller detecta muchos de estos problemas en tu posible compra, puede que no merezca la pena comprarlo, porque el coste de su reparación superará con toda seguridad el ahorro que podrías conseguir con un coche de segunda mano barato.
Sin embargo, si todo está bien, es el momento de…
Comprueba el historial del coche
Comprobar el historial de un coche es uno de los pasos más importantes a la hora de comprar un vehículo de segunda mano. Puedes hacerlo por Internet o llamar a un concesionario local y pedirle que lo compruebe por ti. Si hay algún problema, te lo harán saber antes de que el dinero cambie de manos. También hay empresas que se ofrecen a comprobar el historial por una tarifa adicional; sin embargo, pueden ser caras y a menudo cobran más de lo que cobraría un concesionario debido a su popularidad.
Si hay algún problema con su compra, lo mejor es que abandone el trato de inmediato, ya que estos problemas sólo le costarán tiempo y dinero más adelante si los ignora ahora, cuando es más fácil que se puedan arreglar de forma relativamente barata.
Haz los deberes para asegurarte de que estás haciendo un buen negocio
La clave para comprar un coche usado es saber en qué se está metiendo. Haz tus deberes y prepárate, pero no dejes que el miedo te impida aprovechar una buena oferta.
Para comprar un coche usado:
- Investiga primero el mercado. Consulta modelos similares en sitios como Kelley Blue Book o Edmunds para hacerte una idea de lo que valen.
- Obtén presupuestos de los concesionarios locales antes de decidir dónde comprar el coche (esto te dará una idea del precio de los coches locales). Si es posible, prueba a conducir varios vehículos antes de hacer la compra: te dará una mejor idea de cómo se conduce cada uno y de si es adecuado para ti.
- Pregunta por los problemas que tenga el vehículo para evitar sorpresas desagradables en el futuro (por ejemplo: «¿Cuánto tiempo lleva este coche en el almacén?»). También debes preguntar si hay algo que necesite ser arreglado antes de salir del lote (por ejemplo: «¿Este motor funciona bien?»). Asegúrate de que estas cosas están resueltas antes de tomar cualquier decisión de compra.
Comprar un coche puede ser un proceso confuso. Te enfrentas a una gran variedad de coches nuevos, todos con características y precios diferentes. En el caso de los coches de segunda mano, las opciones son aún mayores a la hora de decidir cuál es el más adecuado para ti. Si sigues nuestros consejos sobre cómo elegir bien tu próximo vehículo y tienes cuidado al comprarlo a un vendedor particular, no tendrás que preocuparte por la compra, pero recuerda siempre que la seguridad es lo primero.
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