La educación superior está experimentando una revolución digital. La inteligencia artificial (IA) está liderando el camino hacia una nueva generación de enseñanza, aprendizaje y evaluación en la educación superior. La adopción de la IA ha sido lenta pero constante durante la última década y seguirá creciendo a medida que surjan más investigaciones sobre su valor.
AI puede calificar ensayos y trabajos de los estudiantes.
La IA es más rápida que los humanos a la hora de calificar las redacciones y los trabajos de los estudiantes, como demuestra su capacidad para calificar con precisión cientos de miles de exámenes de estudiantes en días u horas, en comparación con las semanas que tardan los calificadores humanos. La IA también califica de forma más coherente que los humanos: no tiene prejuicios de género, ni culturales, y no puede ser sobornada (a diferencia de algunos profesores humanos). Además, la IA puede ser entrenada para detectar el plagio en la escritura académica con la misma facilidad con la que se detecta un perro en un motor de búsqueda de imágenes, una tarea que es difícil incluso para los lectores humanos experimentados.
La IA puede ayudar a los estudiantes con problemas de salud mental.
La capacidad de la IA para proporcionar a los estudiantes el tipo de apoyo y orientación adecuados es especialmente útil para los estudiantes que tienen problemas de salud mental. La inteligencia artificial puede ayudarles a gestionar sus emociones, afrontar el estrés y mejorar sus notas.
Los estudiantes que necesitan una motivación adicional para completar los deberes o estudiar para los exámenes también pueden beneficiarse de la inteligencia artificial. Un asistente de aprendizaje impulsado por la tecnología de IA podrá ayudar a esos estudiantes a mantener el rumbo de sus estudios de una manera que se adapte a las necesidades e intereses de cada uno de ellos.
La inteligencia artificial también puede utilizarse para detectar signos de ansiedad o depresión entre los estudiantes, así como otros problemas relacionados con la salud mental, como el estrés y la falta de sueño (Bolton et al., 2016). Esto podría facilitar el trabajo de los educadores que trabajan en escuelas o colegios donde puede que no haya suficiente personal disponible durante las horas diurnas en las que se imparten la mayoría de las clases, como en los institutos, donde puede que solo tengan un consejero por edificio escolar en lugar de tener a alguien disponible las 24 horas del día como hacen los colegios porque son instituciones más grandes; Por lo tanto, lo ideal sería tener acceso las 24 horas del día, pero desgraciadamente esto no siempre es posible; en cambio, lo que los profesores necesitan son formas/herramientas que les permitan prestar servicios fuera del horario normal de funcionamiento sin añadir costes adicionales a las tasas de matrícula en instituciones donde las tasas de matrícula ya son lo suficientemente altas sin añadir costes adicionales a las tasas de matrícula, etc.
La IA puede ayudar a personalizar el aprendizaje.
La IA puede ayudar a los estudiantes a aprender a su propio ritmo, mediante el seguimiento y el análisis de su progreso, y puede ayudarles a aprender lo que necesitan aprender, proporcionando el contenido adecuado en el momento adecuado y de la manera más eficaz para cada estudiante. A veces, la IA permite incluso que los estudiantes se enseñen unos a otros con simulaciones o juegos interactivos, es decir, los profesores se convierten en facilitadores en lugar de dictadores en el aula.
De hecho, a medida que la IA se imponga en las instituciones educativas de todo el mundo (y más allá), es posible que veamos escuelas muy diferentes de las aulas tradicionales actuales, o de las de nuestra infancia o de las generaciones de nuestros padres:
La IA puede facilitar las trampas.
El uso de la IA para copiar en los exámenes se ha convertido en una realidad. Los estudiantes pueden utilizar la IA para redactar trabajos, realizar exámenes y responder a las preguntas antes de su entrega. El software es fácil de usar, lo que permite a los estudiantes obtener una ventaja injusta sobre sus compañeros. Aunque no se trata de un fenómeno nuevo en el ámbito de la educación, los índices de uso están aumentando a medida que los estudiantes buscan formas de aumentar sus calificaciones o salir adelante en los cursos en línea.
La inteligencia artificial está liderando el camino hacia una nueva generación de enseñanza, aprendizaje y evaluación en la educación superior.
En el futuro, la inteligencia artificial podrá ayudar a los estudiantes con problemas de salud mental. Podrá personalizar el aprendizaje para cada estudiante y facilitar las trampas.
La IA también podrá calificar los ensayos y trabajos que escriban los estudiantes.
A pesar de que el uso de la IA en la educación sigue creciendo, todavía hay muchos interrogantes en torno a ella. ¿Cuál será el efecto a largo plazo sobre los estudiantes y los profesores? ¿Hará el aprendizaje más eficiente o menos eficaz? ¿Cómo podemos equilibrar los métodos de enseñanza que se basan en la interacción humana con los que se basan en algoritmos de aprendizaje automático? Aunque estas preguntas siguen sin respuesta, una cosa está clara: la inteligencia artificial ha llegado a los campus universitarios.
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