El conflicto armado en el este de Ucrania comenzó en 2014 como una consecuencia del Euromaidán, una serie de protestas pacíficas en Kiev que buscaron la unidad y la lucha contra la corrupción. La población de habla rusa en las regiones orientales de Ucrania se sintió desatendida por el nuevo gobierno pro-occidental y comenzó a protestar. Las protestas se convirtieron en disturbios que derivaron en una guerra civil y la anexión de la península de Crimea por Rusia.
Las hostilidades entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos han dejado más de 13,000 muertos y 30,000 heridos en seis años de conflicto. La guerra ha desplazado a alrededor de 1,6 millones de personas y ha destruido la economía de la región.
El conflicto ha creado tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania y ha demostrado la falta de capacidad de los líderes mundiales para abordar las disputas internacionales. Las relaciones entre Ucrania y Rusia siguen tensas y ambos países han impuesto sanciones económicas de manera recíproca.
A pesar de los múltiples acuerdos de paz firmados, el conflicto armado en el este de Ucrania sigue en curso. La creciente presencia militar rusa en la región ha aumentado la tensión y ha provocado una mayor preocupación por parte de la comunidad internacional. Se espera que las negociaciones políticas y diplomáticas continúen en un esfuerzo por buscar una solución pacífica y duradera al conflicto.
